viernes, 22 de abril de 2011

Walden Dos, de B.F. Skinner

Leí Walden Dos en una época cuando me dio por seguir los estudios de mi esposa en Psicología. A ella le había gustado, y dado que a mi el tema de las utopías me ha interesado desde la obra de Thomas More, decidí leerlo. No me arrepentí, pues fue el encuentro con el lado oscuro de la fuerza. Ya había leído Un mundo feliz, de Huxley y 1984, así como Farenheit 451, de las que hablaré en otro momento, por lo que no puedo decir que no supiese lo que es una distopía, pero en la novela de Skinner, uno de los padres del conductismo contemporáneo hay algo que produce verdadero pánico. Y es que este libro tiene lo que no pueden lograr las novelas de ficción, ni el ensayo, y es un poso de no digamos de verdad, sino de realidad que es para echarse a temblar. En Walden Dos, Skinner propone aplicar los principios del conductismo en una comunidad que no está en un lugar lejano, sino en una granja, "a las afueras" a un paso de la civilización, a donde llegas en un momento, pero que si entras en ella, te tienes que regir por sus leyes, orientadas a lograr una sociedad perfecta, donde todos los individuos realicen su parte para el beneficio del grupo, siguiendo métodos científicos en psicología social. Walden Dos tiene en cuenta la economía, por lo tanto la producción y el empleo. Tiene en cuenta la plantificación familiar, promulgando el uso de medios anticonceptivos; descarta instituciones como el ejército y tiene como ideólogos precisamente a los ideólogos y no a los políticos.

La comunidad de Walden Dos es ordenada, pequeña, autosuficiente y muy, muy controlada. Es inevitable hacerse comparaciones con esas granjas donde sectas minoritarias hacen trabajar a los adeptos para beneficio del santo de turno...


Talvez no sea un libro fácil de leer, pero es interesante ver una propuesta actual para una sociedad actual y con individuos preocupados por temas que interesan a cualquiera de nosotros, desde la ocupación laboral, la familia, el ocio y la relaciones interpersonales. El uso de las técnicas conductistas, como los refuerzos positivos y la información continua logran que Walden Dos sea un éxito y que la novela homónima también lo sea. Os dejo unas perlas:

" A la larga, nada se puede imponer por la fuerza. ¡No usamos la fuerza! Lo único que nos hace falta es una adecuada ingeniería de la conducta."

" Triunfar sobre la naturaleza y sobre uno mismo, sí; sobre otras personas, nunca."

" La cantidad vence a la unidad. Y el hombre al niño. La sociedad ataca temprano, cuando el individuo no tienen defensas. Lo esclaviza casi antes de que pueda saborear la libertad."

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